Todo aquel que me conoce sabe que no suelo expresar públicamente mis pensamientos y emociones, pero creo que la ocasión lo merece:
Nos va a costar olvidar lo acontecido este fin de semana, se podría decir que teníamos todo de cara para conseguir nuestro objetivo, pero el hockey es impredecible y muchas veces injusto.
Es complicado expresar todas las sensaciones vividas estos días... pena, frustración, tristeza, incomprensión, por no haber conseguido nuestro objetivo, porque todo nuestro trabajo no haya sido recompensado.
Aunque algunos no lo entiendan, no cambiaria nada de lo sucedido, creo que estos momentos solo sirven para crecer y creo que esta generación necesitaba vivir algo así. Las derrotas sirven para estar más unidos y sobretodo para levantarse más fuerte.
Personalmente, este año he crecido como jugador, pero más como persona. Tanto en el equipo senior como el junior, he podido encontrar un grupo humano muy fuerte. Por esta razón, cuando le intento explicar a mi hermano pequeño la importancia del hockey y la del equipo, él todavía no me entiende. Le digo: cuando tengas mi edad, tu equipo será tu apoyo, parte de tu vida, harás muy buenos amigos que te durarán toda la vida; y llegará un día en el que lo dejes, y ese día no recordarás las medallas o las victorias, recordarás los momentos vividos, tanto los buenos como los malos.
A esta generación, que termina su camino en las categorías inferiores y da el salto a la categoría senior decirle que, nos queda mucho hockey, no tenemos que estar tristes por terminar una etapa, nos queda mucho camino, y probablemente el más difícil, el de servir de ejemplo para todos aquellos niños, que como mi hermano pequeño, todavía no entienden la importancia y el significado del equipo.
Por último, me gustaría agradecer a mis compañeros, entrenadores, padres y madres y directiva todo el apoyo recibido durante esta temporada.
